miércoles, 6 de noviembre de 2013

Historia-del-Porfiriato-Chavarría

El porfiriato

El reloj del Palacio marca las cinco y en la calle la gente llega apresurada; a nadie le importa el clima ese 26 de noviembre de 1876. Díaz entró a la plaza en medio de aplausos y vivas, en el asiento delantero de un coche. Al llegar a la Secretaría de Guerra entra a paso largo y contesta el saludo de Guardia. Después de los abrazos y las felicitaciones sube al balcón central. Desde ahí saluda a la multitud. Los gritos y las porras son ensordecedoras. Las campanas de Catedral repican sin cesar y los cañones disparan salvas en su honor. En este momento asumió el cargo como Presidente interno de la República. Unos meses después se llevaron a cabo las elecciones donde fue ratificando como Presidente Constitucional de la República Mexicana. Tomó posesión el 5 de mayo de 1887: eligió esa fecha en recuerdo del triunfo de la batalla de Puebla.



Para lograr esto su historia empezó el 15 de septiembre de 1830. O como la gente recuerda el movimiento insurgente, es decir, México se independizaba del yugo español. En la casa de don José de la Cruz Díaz, todo es alboroto y griterío, no por la fecha patriótica  sino porque doña Petrona Mori, su esposa, está dando a luz al pequeño Porfiro, quien con el paso del tiempo demostrará ser uno de los personajes más controvertidos de la historia de nuestro país. El general Porfirio Díaz. Entonces tuvieron doble motivo de alegría: la data memorable y el nacimiento de uno más de sus hijos; quizá por nacer ese día el pueblo creyó que era un predestinado. Don José de la Cruz, que era un hombre honesto, trabajador y enérgico, hacia diversas actividades y oficios: herrero, carpintero, curtidor, entre otras actividades. Su iniciativa lo llevó, en comañía de su famila, hacia la costa donde rentó algunas tierras, sembró caña e hizo un trapiche para elaborar miel y piloncillo. Nadie podía quejarse porque les iba bastante bien. Un día llegó por esos rumbos un pariente y comentó que en la ciudad de Oxaca, había un mesón vacante y lo convenció ara que lo tomara en alquiler.
El mesón daba alojamiento a arrieros y recuas por lo que era un lugar donde constantemente había pleitos, y José de la Cruz intervenía para que hubiera paz. Aunque la situación económica del país era difícil y la educación y la salud eran un privilegio de los ricos, José de la Cruz no se dejaba vencer ante la adversidad,pues había perdido a dos de sus hijos varones que murieron siendo muy pequeños. Le quedaban solo cuatro entre ellos el pequeño de dos años, Porfirio.
Le dijo a su esposa que iba a montar un banco de herrar para curar a los animales que lleguen al mesón, además quería vender forrajes y granos para dar servicio completo a los huéspedes, Petrona Mori podía hacer alimentos para las personas y así ahorrarían para comprarse una casa.
Petrona estaba orgullosa de su esposo, mientras que esperaba que su hijo de dos años fuera como su padre.
En poco tiempo realizaron su sueño. Compraron una casa grande en un barrio alejado del centro donde los vecinos eran gente de pleito. 
Cuanto la situación parecía marchar bien, la suerte les dio un revés. Por calles no había nadie, las mujeres salían de vez en cuando para buscar algún alimento, por la tarde se anunciaban las muertes recientes y una epidemia de cólera de había apoderado de la ciudad. Entre sus primeras víctmas se encontraba don José de la Cruz Díaz. Petrona estaba sola con tres niñas, un niño y, por si fuera poco, estaba apunto de tener otro bebé. Para ella era imposible administrar el mesón y lo traspasó. En su casa vendía comida y pan y impartía las primeras letras a unos niños. Cuando Porfirio cumplió seis años, lo enviaron a una ¨casa amiga¨, donde aprendió a lee, a escribir y los principios de aritmética. Era un niño ejemplar. Trataba de ayudar a su familia de la pobreza. Fue aprendiz en un taller de reparación de zapatos, y a los doce años ya tenía el oficio de carpintero.
Llegó el momento de decidir su futuro. Su padrino y tío don José Agustín Domínguez, lo tuvo bajo su protección  para que siguiera la carrera eclesiástica. Para preparar su ingreso al seminario, tomó clases de latín con un pariente y aunque él no se sentía muy animado no le quedó más remedio, pues no tenía dinero para costearse otros estudios.
E los 16 años era visible que Porfirio Díaz tenía carácter temperamental . No para la vida religiosa; ero la presión de su familia, de su padrino y sobre todo de la falta de dinero lo llevaron a ingresar al seminario como manteísta, es decir, alumno externo por no poder pagar sus alimentos dentro del seminario. Porfirio, a su corta edad, era alto, musculoso, fuerte, derecho de andar, muy atlético y buen jinete. Miraba con tristeza que el país estaba en ruina. En reuniones secretas con algunos compañeros y el presbítero Macario Rodríguez se hablaba de que no había desarrollo económico y cultural, porque los partidos políticos estaban muy ocupados pelándose entre ellos. Esta situación debilitaba la posición en política exterior. México era débil ante los ojos del mundo. As que este joven audaz, no se resignó.
Por fin se decidió y de inmediato abandonó el seminario. La familia estaba muy enojada. Porfirio se iba con unos amigos a cumplir su sueño de defender el país. Se presentaron a ofrecer sus servicios como voluntarios. El gobernador del estado, Joaquín Guergué, ordenó que los incorporaran al batallón ¨Trujano¨de la Guardia Nacional de Oaxaca. Los jóvenes soldados asistieron a la instrucción. Aprendieron las evoluciones y el manejo de las armas. Como la guerra de Estados Unidos terminó, no fue necesario enviar a campaña al batallón.
Eran las primera décadas de la historia como República independiente. La situación política era inestable. Francia obligó al país, con la fuerza de las armas, a firmar a cuerdos sumamente ventajosos para ellos. 
El país que mayores ventajas tuvo de la debilidad de México fue Estados Unidos. Aspiraban a adueñarse de su territorio, queriendo, incluso, la anexión de todo el país.
Los muchachos regresaron a sus hogares. Un amigo le dijo que estaba encargado de buscar una persona que diera clases de latín al joven  José Guadalupe Pérez, hijo del abogado Marcos Pérez, liberal radical amigo del licenciado Benito Juárez.
Comenzaron por colonizar el norte de México, después de algunos intentos fallidos de Santa Anna.
Cuando Porfirio Díaz aceptó el trabajo y tuvo amistad del abogado Marco Pérez. Entonces ingreso al Instituto a cursar la carrera de abogado, logrando ser alumno destacado.
Comenzó la invasión de México mostró un gran arrojo y valor el la lucha contra los invasores. Pero el país vecino mas desarrollado, mucho mejor armado, organizado y mejor abastecido que el mexicano gana el 2 de febrero de 1848.
El 9 de agosto de de 1855, Santa Anna renuncia a la presidencia y se embarca en el puerto de Veracruz rumbo a Cuba. 
Porfirio Diaz participa en varias batallas. Juárez hizo público su reconocimiento a Díaz en una carta a Guillermo Prieto donde afirmaba "Es un buen chico nuestro Porfirio. Nunca fecha sus cartas hasta que no toma una capital". En su discurso final del 15 de julio, día en que entró a la capital, Juárez reconoció públicamente a Díaz, quien fue premiado con una división y una hacienda en Oaxaca, conocida como Hacienda de la Noria, donde años más tarde sería proclamado el Plan de la Noria. Su hermano Felipe fue electo gobernador de Oaxaca, por votación popular, cargo en el que estaría hasta 1871. Tras ello, Díaz se retiró a Oaxaca a vivir.
Durante las guerras en que se vio envuelto, Díaz se relacionó amorosamente con varias mujeres. 
El 15 de abril de 1867, Díaz se casó por poder con su sobrina Delfina Ortega de Díaz, tras mediar con el presidente Juárez la disposición para dispensar el parentesco carnal. En 1869 nació su primer hijo, Porfirio Germán, que murió ese mismo año. Dos años más tarde la pareja concibió a unos gemelos, quienes corrieron la misma suerte que su primer hijo. Tras varios años, en 1873 nació el primero de los hijos que llegaría a la edad adulta, Porfirio. El de 5 de mayo de 1875 nació la última hija del matrimonio, Luz Victoria, llamada así en honor a la victoria republicana del 5 de mayo de 1862 en Puebla. 
Una vez culminada la guerra de intervención francesa, Juárez, que se había amparado en el artículo 128 de la Constitución de 1857  para permanecer indefinidamente en el poder, convocó a elecciones presidenciales, que se efectuaron el domingo 25 de agosto de. Los resultados finales fueron: Benito Juárez: 2.344 votos y Porfirio Díaz: 785 votos.
Porfirio Díaz decidió presentarse a las elecciones presidenciales de 1871. Para esta elección, Juárez fue postulado por tercera ocasión, las anteriores fueron en 1861 y 1867.  Había además un nuevo candidato, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Sebastián Lerdo de Tejada. Las elecciones se llevaron a cabo el 27 de agosto de ese año. Los resultados finales fueron revelados al país el 7 de octubre y fueron los siguientes: Benito Juárez: 5.837 votos, Porfirio Díaz: 3.555 votos y Sebastián Lerdo de Tejada: 2.874 votos.
La noche del 18 de julio, Juárez falleció en la Ciudad de México. Junto con González, Díaz se encontraba en Nayarit, visitando al cacique local Manuel Lozada, llamado el "Tigre de Álica", a fin de conseguir su apoyo. Al oír cañonazos, Díaz preguntó qué sucedía, y de inmediato le informaron del fallecimiento de Juárez. Lerdo de Tejada ya era el presidente interino, y por lo tanto, el movimiento de La Noria perdía sentido, ya que Juárez había muerto y no existía razón para pelear. Luego de que Lozada se negó a apoyar a Díaz, los revolucionarios declinaron las armas. Poco después, en octubre, fueron convocadas las elecciones para presidente de la República mexicana. Se presentaron como candidatos Porfirio Díaz y Lerdo de Tejada. En las elecciones de México de 1872  este último derroto a Díaz. Una vez que el Congreso confirmó a Lerdo como presidente constitucional para el período del 1 de diciembre de 1872 al 30 de noviembre de 1876, Ministro de la guerra y marina, Mariano Escobedo decretó la amnistía para todos los revolucionarios de La Noria, pero con la condición de que se les daría de baja del Ejercito mexicano.
Una vez terminada la guerra civil, Díaz llegó a la Ciudad de México el  21 de noviembre, y ese mismo día se erigió en presidente provisional de la República Mexicana. Sin embargo, José Maria Iglesias, presidente de la Suprema Corte de Justicia, alegaba que al ser el sustituto constitucional de Lerdo, y haber huido éste del país, Iglesias debería convertirse en presidente el 1 de diciembre. Por lo tanto, a sus partidarios se les conoció como decembristas. Para ese momento, tres grupos se disputaban la presidencia: decembristas, lerdistas y porfiristas. Los decembristas se habían acuartelado en Guanajuato y el brazo militar del partido político era Felipe Berriozábal. Díaz dejó en la presidencia a Juan N. Méndez y el 22 de diciembre salió de la capital con una división compuesta por 5.000 soldados rumbo al Estado de Guanajuato, donde logró derrotar a las fuerzas decembristas en marzo de 1877. Gracias a la mediación de Justo Benítez, Iglesias y Díaz llegaron a un acuerdo, en el que el primero habría de reconocer a Díaz como virtual presidente, y a cambio éste le cedería la gubernatura de su estado natal, Michoacán. Tras todos los preparativos políticos llevados a cabo por Benítez y González, Porfirio Díaz se convirtió en presidente la mañana del 5 de mayo de 1877, día en que protestó su cargo ante el Congreso de la Unión, después de haberse celebrado las elecciones de 1877 de forma extraordinaria.
Vida de Porfirio Díaz


Díaz gozaba de gran prestigio entre los militares y de renombre en los círculos políticos del país. El triunfo del Plan de Tuxtepec, lo llevó a la presidencia de México para gobernar desde 1876 hasta 1911, con un breve intermedio generado por el gobierno de su amigo Manuel González.
En los 31 años de Porfiriato se construyeron en México más de 19,000 kilómetros de vías férreas gracias a la inversión extranjera; el país quedó comunicado por la red telegráfica; se realizaron inversiones de capital extranjero en minería, agricultura, petróleo, entre otros rubros y se impulsó la industria nacional.


Con la entrada de José Ives Limantour en Hacienda en 1893 surgió un auge de las compañías enajenadoras de terrenos comunes baldíos, se modificó la Constitución de 1857 para permitir las reelecciones y se aprobó la ley que otorgaba la gran explotación minera a los capitales de Estados Unidos y Gran Bretaña. Limantour, tras la crisis de 1892, abrió el país a la inversión extranjera y promovió la creación de nuevas industrias. La corrupción, el fraude electoral y la represión fueron las propuestas de la administración Díaz a las tensiones sociales, nacidas del contraste entre una oligarquía poderosa, controladora de los resortes económicos y políticos y una población de casi 13 millones de personas ligadas mayoritariamente a la tierra. La crisis de 1907 y las luchas de sucesión en el seno del gobierno favorecieron el inicio de la revolución mexicana, dirigida por Madero.
Aunque Porfirio Díaz reiteraba que ya el país se encontraba listo para la democracia, realmente nunca quiso dejar el poder y en 1910, a la edad de 80 años, presentó su candidatura para una nueva reelección, la cual fue rechazada por el público obrero. Ante estos hechos, Francisco I. Madero convocó a la rebelión, la cual surgió el 20 de noviembre de ese año, y terminó con la entrada triunfal a la ciudad, derrotando al dictador.
En Chihuhua fue el principal escenario de las derrotas porfiristas ya que Pancho Villa  y Pascual Orozco conquistaron Ciudad Guerrero, Mal Paso, venció en la batalla de las Casa Grandes, Chihuahua y la toma de Ciudad Juárez, por el Sur, Emiliano Zapata al frente de sus tropas campesinas, amagaban la capital y derrotaron en Cuautla el quinto. Regimiento de Oro aunque irrelevantes en el plano militar, fueron las batallas que facilitaron el camino de los revolucionarios hacia la victoria contra la dictadura. Habiendo tenido esos fracasos en el terreno militar y otros en el plano de las negociaciones, Díaz prefirió renunciar a la presidencia y abandonó el país en mayo de 1911.
El porfiriato
Reseña
Mi conclusión fue que el Porfiriato fue una época de contrastes, fue la época del mejor crecimiento y cambio político, económico, social y cultural para el país de México en la historia, pero al mismo tiempo la riqueza estaba muy mal distribuida y las leyes beneficiaban a los poderosos, además que se nombra así porque fue el periodo histórico que duro 31 años durante que el ejercito del poder de México estuvo bajo el control de Porfirio Diaz.
Algunos cambios fueron:
En lo político se logró estabilizar el país, poniendo fin a confrontaciones civiles importantes al incorporar a su gobierno a los principales hombres de los grupos políticos e ideológicos más importantes de la época.

En lo económico, nuestro país se encontraba en quiebra, surgiendo de ella en este periodo favorablemente, convirtiéndose nuestro país en exportador de algunos productos de interés en el extranjero y en las bases de un desarrollo industrial que aunque fue bajo ayudo a México.

En lo social, las clases sociales era notables, ya que, mientras que la clase alta vivía en la abundancia, por otra parte, tanto la clase media como la baja vivía en condiciones muy diferentes; éstos últimos en su mayoría en condiciones muy malas de vida.

En lo cultural, se contempla en los inicios del porfiriato, la tendencia hacia lo europeo para después surgir una tendencia nacionalista, siendo ésta una de las causas que motivó a gran parte de la clase media a la inconformidad que se plasmó en periódicos a pesar de la presión del gobierno; despertando el interés por poner fin a este régimen y levantarse en armas, culminando con el inicio de la Revolución Mexicana.